viernes, 11 de noviembre de 2011

LA LIBERTAD. Carta a los Gálatas.

LA LIBERTAD, PRINCIPIO DE LA VIDA CRISTIANA

Bibliografía: Cuaderno 68-70 "La Palabra Hoy", de FEBICAM, está dedicado a Gálatas, y la libertad.
-- J. Blank, art. en Sel.Teol. (verde) n.119, p.225ss. (básico)
-- E. Käsemann, Llamada de la libertad
-- art. de Lyonnet, en Potterie-Lyonnet, La vida según el Espíritu, cap.6.
- J.M. Castillo, El proyecto de Jesús, p.12ss.
- J. Lois, Jesús de Nazaret, Cristo.... cap.III.
- E. Fromm, Miedo a la libertad.

Como observó Agapito Güemes en su estudio sobre el tema, "hablar de libertad paulina coincide casi con escribir una biografía suya, al menos analizar sus vivencias más íntimas y decisivas"[1].

            Al hablar de libertad es importante estar conscientes de la importancia que revestía en aquel tiempo. Era preferible ser mendigo y libre que bien cuidado y esclavo. Las filosofías más influyentes de la época, particularmente el estoicismo, tenían por eje de su pensamiento la auténtica libertad del hombre.

            La libertad viene de la fe en Cristo, estar con él, revestido de él. Así se vive la presencia del Espíritu, el cual se manifiesta en el fruto del amor, la alegría, la paz, la comprensión, le benignidad, bondad, etc.  Es libre de la carne con sus vicios que encadenan al hombre, le esclavizan, le hacen hacer lo indecible que la final de cuentas le destruye.
            La libertad hace que el hombre pueda considerar a todos como sus hermanos, sin discriminaciones, sin que haya judío, griego, hombre, mujer, esclavo, libre. Su ley es la ley de Cristo, la de "llevar cada uno las cargas de los otros" (6,2), pues ha comprendido que toda la ley se resume "en una palabra, aquello de 'amarás a tu prójimo como a ti mismo'." (5,14). Precisamente porque la fe, unión con Cristo, le lleva al hombre a una praxis como la suya. Le libera al hombre de su autosuficiencia y su soberbia, que le separan, incluso antagonizan, en la comunidad humana (5,26).
            La libertad cristiana no convive con los formalismos, legalismos, estrecheces ritualistas. Vive una relación auténtica, franca, libre con su Señor, es decir, de fe. Es, lo que hoy solemos decir, auténtica. Es la libertad que viene de la fe, no de la ley! El cristiano vive libre de la ley mosaica, pero asume la ley de Cristo. Es lo que se suele llamar libertad del pecado, de la carne. Pero, ¿cómo se entiende eso de forma concreta? libre de esas actitudes que producen las manifestaciones enumeradas por Pablo en 5,19ss.
            Es la libertad de los hijos de Dios. Y Pablo argumenta ampliamente que el cristiano es hijo de Dios!  Como toda filiación, supone una vida consecuente.
            Por cierto, Pablo no hace referencia alguna a la libertad que tanto nos preocupa en Latinoamérica: la libertad en el orden social y económico, libertad libertadora de las opresiones y explotaciones de las que no cesan de ser víctimas tantas personas. Tampoco habla de la libertad en sentido político, que preocupa al hemisferio norte con su concepto sui generis de libertad y democracia, como la que quieren imponer en Irak. Y es que la carta a los gálatas es, en primer lugar, un escrito circunstancial que responde a una problemática muy concreta en aquellos tiempos. Segundo, el problema es sustancialmente de orden religioso, si bien tiene consecuencias éticas. Y finalmente, como otros escritos bíblicos de la época, el horizonte de sus preocupaciones era netamente local, en el marco de la comunidad cristiana, y ésta era pequeña, desconectada de las esferas de las grandes decisiones políticas y socio-económicas. Las reformas a ese nivel, no estaban contempladas porque estaban muy lejos de ellos el poder hacer algo: apenas si habría algún cristiano suelto que tuviera un alto cargo en tiempos de Pablo. Ni siquiera toca el problema de la libertad elemental: el de la esclavitud física! Ni siquiera en su carta a Filemón! La esclavitud era tomada como una condición natural decidida por "la fortuna" para quienes así nacieron o tuvieron la desgracia de ser esclavizados.  De hecho, recién ha sido en los últimos dos siglos que eso se ha cambiado --y solo recientemente en algunos países de Africa. Aunque se limite a la vida del cristiano y de éste en comunidad, no es difícil ampliar los horizontes cuando esta comunidad ha crecido y no pocos de sus miembros están ahora en las esferas de poder. Sin embargo, no debemos olvidar que las estructuras de una sociedad están hechas por individuos, que tienen la capacidad de cambiarlas y de alimentarlas. Los males están en el corazón de los hombres, y de allí brotan y se expresan y proyectan hacia los demás. Por tanto, la liberación a nivel social no se dará mientras no se dé por mediación de individuos liberados y liberadores. Por eso, los cristianos están llamados a vivir plena y consecuentemente su fe en Cristo, y hacer que ésta sea operativa y eficaz en su mundo concreto.


    [1] La libertad en san Pablo, 12.

sábado, 5 de noviembre de 2011

disculpas

DISCULPA A MIS QUERIDOS LECTORES
POR PUBLICAR DE ESA FORMA, NO MUY AMENA PARA SU LECTURA LAS PROXIMAS PUBLICACIONES TRATARÉ DE HACERLO MEJOR.....

viernes, 4 de noviembre de 2011

DEBILIDADES HUMANAS

"Deficiente” es aquel que no logra modificar su vida, aceptando las imposiciones de otras personas o de la sociedad en la que vive, sin tener conciencia de que es dueño de su destino.

“Loco” es quien no busca ser feliz con lo que posee.

“Ciego” es aquel que no ve a su prójimo morir de frío, de hambre, de miseria, y sólo tiene ojos para sus míseros problemas y pequeños dolores.

“Sordo” es aquel que no tiene tiempo de oír el desahogo de un amigo o la llamada de un hermano, pues está siempre ocupado trabajando y quiere garantizar su salario a fin de mes.

“Mudo” es aquel que no puede decir lo que siente y se esconde por detrás de la máscara de la hipocresía.

“Paralítico” es quien no puede andar en la dirección de aquellos que necesitan de su ayuda.

“Diabético” es quien no puede ser dulce.

“Enano” es quien no sabe dejar crecer al amor.

Y, finalmente, la peor de las deficiencias es ser miserable, pues “Miserables” son todos los que no quieren hablar con Dios.


EL TREN DE LA VIDA

En un viaje en tren, a lo largo del trayecto, pueden suceder una gran diversidad de situaciones. Nuestra existencia terrenal puede ser comparada a uno de esos viajes, más o menos largo. Primero, porque está llena de embarques y desembarques, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y grandes tristezas en algunas partidas.

Cuando nacemos, entramos en el convoy y nos encontramos con personas que deseamos que sigan siempre con nosotros: nuestros padres. Infelizmente, eso no va a suceder: en alguna estación ellos descenderán y nos dejarán huérfanos de sus cariños, amistad y compañía insustituibles. Mas durante el viaje, otras personas especiales embarcarán y seguirán viaje con nosotros: nuestros hermanos, amigos, amores e hijos.

El viaje no es igual para todos. Algunos hacen un paseo, otros sólo ven tristezas, y otros todavía circulan por los vagones, para ayudar a quien precise. Muchos descienden y dejan nostalgias eternas... Otros pasan de una forma que, cuando desocupan su asiento, nadie se da cuenta.

Curioso es constatar que algunos pasajeros que nos resultan complicados, se acomodan en vagones distantes del nuestro, lo cual no impide, está claro, que durante el recorrido nos aproximemos a ellos y los abracemos, aunque jamás podamos seguir juntos, porque habrá alguien a su lado ocupando aquel lugar.

Pero eso no importa, pues el viaje está lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, despedidas.

Lo importante, es que hagamos nuestro viaje de la mejor manera posible, buscando relacionarnos lo mejor posible con los demás pasajeros, viendo en cada uno de ellos lo mejor que tienen.

Debemos acordarnos siempre que, en algún momento del trayecto, ellos podrán flaquear y tenemos que entenderlos, pues nosotros también flaquearemos muchas veces y queremos que haya alguien que nos entienda.

La gran diferencia, al final, es que en el tren de la vida, nunca sabemos en qué estación tendremos que descender, y mucho menos en qué estación descenderán nuestros amores, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado. Es posible que, cuando tengamos que desembarcar, la añoranza nos venga a hacer compañía. Porque no es fácil separarnos de los amigos, ni dejar que los hijos sigan viaje solos.

Mientras tanto, en algún lugar, hay una estación principal a la cual vamos todos. Allí nos reencontramos todos. Y cuando llegue esa hora, tendremos grandes emociones al poder abrazar a nuestros amores y matar la añoranza que nos hizo compañía por tanto tiempo...

Que nuestro breve viaje sea una gran oportunidad de aprender y enseñar, entender y atender a aquéllos que viajan a nuestro lado, porque no fue el azar que los colocó allí...

Que aprendamos a amar y a servir, comprender y perdonar, pues no sabemos cuánto tiempo aún nos resta hasta la estación donde tendremos que dejar el tren.

Si tu viaje no transcurre exactamente como esperaba, dale una nueva dirección.

Admírate de la belleza del camino.

Busca una manera de dar utilidad a tus horas.

Preocúpate por aquéllos que siguen viaje a tu lado.

Deja de lado las quejas y haz que tu trayecto quede marcado con rastros de luz.

Piensa en eso... Y buen viaje!